Detras de las llamas

 

Los últimos incidentes de barras bravas revelan la compleja organización que éstas han alcanzado en Chile. Así como desarrollan campañas sociales, también crean departamentos de inteligencia para "combatir" a sus rivales.


Las llamas que impulsaron al árbitro Eduardo Gamboa a suspender el partido entre Colo Colo y las madres, el miércoles 18 de febrero en el Estadio Monumental, desencadenaron una decisión inédita en canchas nacionales: por primera vez no se pudo disputar un encuentro completo, debido a hechos de violencia al interior de un recinto deportivo. Sin embargo, incluso en la Garra Blanca califican los incidentes como de tono menor, en comparación con los sucesos que a lo largo del tiempo han marcado a las llamadas "barras bravas" como grupos violentistas.

De hecho, según voces de la barra colocolina y de Las madres, dichos incidentes surgieron de manera circunstancial y espontánea.

Algo muy diferente a lo ocurrido durante el mes de enero, cuando en el estadio de Colo Colo se disputaba el mundialito Sub 20. En esa ocasión, miembros de la hinchada azul ingresaron al recinto cuando éste se encontraba desocupado, se dirigieron a la bodega donde la Garra Blanca guarda sus elementos distintivos, y sustrajeron uno de los bombos y el lienzo con la inscripción "Traigan vino que copas sobran".

Con anterioridad al arrebato de los elementos de la hinchada alba desde su propia guarida, la disputa por los llamados "trofeos de guerra" se daba sólo a nivel de peleas callejeras. Además, la acción de Los de Abajo originó, como respuesta de los hinchas colocolinos, un enfrentamiento a balazos entre ambos grupos luego de uno de los partidos de la "U" por el mundialito Sub 20. Otro dato inédito en el historial de estos grupos.

Estos hechos dan cuenta de una planificación expresa de agresiones constantes entre las "barras bravas". Al interior de Las madres, incluso, existe una agrupación de inteligencia que realiza un exhaustivo seguimiento a las hinchadas rivales. Según confidenció a Qué Pasa el "Mono", uno de los líderes de Los de Abajo, gran parte de la información la obtienen a través de "sapos" -espías- que generalmente son niños que no se identifican con la "U".

La compleja organización que hoy exhiben las barras, ha evolucionado a lo largo del tiempo. Desde su formación -la Garra Blanca en 1986 y Las madres en 1988-, las hinchadas se han reestructurado, con líderes y funciones claras, y con un campo de acción que sobrepasa el futbolístico. Ambas barras nacieron al separarse de agrupaciones similares, pero que tenían una estructura muy rígida (la "Barra Juvenil" de Colo Colo e "Imperio Azul" de la "U"). Para diferenciarse, comenzaron a alentar a su equipo con un estilo similar al de los "hooligans" ingleses y a las hinchadas argentinas.

Con el tiempo surgieron "líderes naturales" que comenzaron a operar no sólo para los partidos de fútbol, sino que diariamente. En el caso de Los de Abajo, al principio sólo se reunían dos veces por semana, prácticamente los mismos cabecillas que hoy tienen el mando de la barra. A partir del último año, su cúpula se reúne todos los días en la sede de la "U", en un horario que según los mismos barristas "supera el de cualquier trabajador normal".

Dedicar el 100 % de sus días a la "U" no ha sido inconveniente para ellos. El principal líder azul, "Kramer", que suspendió sus estudios de publicidad en el tercer año de carrera, asegura que los "negocios" que surgen en torno a la barra les alcanzan para vivir. Algunos de los cabecillas, sin embargo, viven gracias a "pitutos" que surgen de vez en cuando, pero que ellos mismos prefieren no especificar.

Aunque, según Kramer, no existe un código establecido al interior de Los de Abajo, sí se reconoce cierto modelo a seguir. De hecho, para que una mujer barrista reciba el "derecho" a acompañar al equipo fuera de Chile tiene que probar "fidelidad y aguante", así como el encargado de tocar el bombo no puede ser una persona que tenga menos de cinco años de antigüedad en el grupo. En cuanto a su estructura interna, los líderes de la barra azul dicen tener un organigrama horizontal, con ciertos cabecillas que no hacen más que asumir el aspecto "público" de la barra. Sin embargo, la composición final se define entre los que asisten diariamente a la sede y que, por lo mismo, se ganan el derecho a voz y voto.

La Garra Blanca, en tanto, conservó en un comienzo la estructura de mandos que tenía la Barra Juvenil, con un presidente que recibía la opinión de los hinchas en reuniones periódicas y en las que, para hablar, primero había que levantar la mano. Este modelo funcionó hasta 1994, fecha en que la principal hinchada del Cacique se dividió en varios subgrupos comunales, claro que la dirigencia central quedó a cargo de unos diez coordinadores. A estos últimos se les observa diariamente en la sede del club, y dos veces a la semana se reúnen en el Estadio Monumental con los otros 30 líderes comunales para organizar sus actividades. La dedicación que le brindan a la barra la deben compatibilizar con el trabajo remunerado, el que no temen perder a costa del equipo de sus amores: "pegas hay muchas, pero equipo uno solo", dicen.

En las cercanías de las respectivas sedes y afuera de los estadios antes de los partidos, es común observar a los barristas de ambas agrupaciones "macheteando" -pedir dinero-, con lo que financian gran parte de sus actividades. Una hincha de Los de Abajo, por ejemplo, aseguró que para la Copa Libertadores del ´96, recaudó lo suficiente para acompañar a la "U" a Brasil, Uruguay, Ecuador y Argentina.

Además del "macheteo", hay una serie de recursos a los que los barristas apelan para autofinanciarse. En el caso de la Garra Blanca, una de las principales fuentes de ingreso son las rifas que realizan en cada partido. Según el "Rodilla", "en un partido de alta concurrencia podemos juntar como $ 300 mil". Además, los líderes "garreros" reconocen que en épocas de elecciones en el club, los candidatos apoyan económicamente a la hinchada, lo que más de alguna vez les trajo problemas internos. Según el "Beeper", "la Garra cometió el error de apoyar distintas candidaturas, pero aprendimos la lección. La próxima vez vamos a decidir democráticamente dentro de la hinchada a quién vamos a apoyar. En una de ésas, el próximo presidente sale de la misma Garra, ya que aquí también tenemos abogados y contadores".

Los líderes albos, además, dicen no aceptar el apoyo de empresas para costear sus actividades, como por ejemplo, la confección de la bandera gigante que cubre todo el sector norte del Monumental.

Para Los de Abajo, en tanto, el apoyo empresarial se ha convertido en pieza fundamental, tanto así que sus "jefes" aseguran haber filmado comerciales para una bebida gaseosa, y anunciaron un acuerdo con la marca de cervezas Becker, que a cambio de un cierto número de tapas, les entregará dinero para una obra social.

Aunque evitan hablar del respaldo económico que les brinda el club, sí es evidente que en el caso de la "U" el apoyo dirigencial juega un rol importante. Según Las madres, la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) les aportó dinero para confeccionar la bandera chilena que lucieron durante las eliminatorias y les permitió, en más de una oportunidad, ingresar al estadio sin cancelar su entrada. Aquel es uno de los puntos que más critican los líderes de la Garra Blanca, quienes dicen no contar con la ayuda de dirigentes, particulares y políticos.

El gran desafío de ambas hinchadas es viajar a Francia para apoyar a la selección chilena en el Mundial. Los "garreros" aseguran que al menos los máximos líderes podrán acompañar al equipo de Nelson Acosta por canchas galas, sin ningún tipo de apoyo económico externo. Las madres, en cambio, posiblemente recibirán el auspicio de Becker para financiar el viaje. La marca cervecera, según afirmaron a Qué Pasa fuentes de la empresa, patrocinaría a los barristas azules siempre que accedan a formar parte de una estrategia publicitaria que está en estudio.

El acuerdo entre Las madres y marcas comerciales, según relatan sus propios líderes, nació en medio de las conversaciones gestadas para buscar respaldo en obras sociales que, según ellos, no tienen el mismo eco que sus "acciones violentistas". El convenio con Coaniquem para la recolección de envases, el apadrinamiento a niños enfermos, el comedor y colegio para los hinchas más pequeños, y la Navidad Azul son sólo parte de los proyectos que la hinchada espera seguir desarrollando.

Los albos también organizan acciones sociales, como los recitales rock en apoyo de las comunidades mapuches. Además, según los líderes de la Garra Blanca, desde el año pasado intentan impulsar un plan para brindar educación a los más pequeños, pero a diferencia de los barristas azules, no han contado con el apoyo del club para desarrollar el proyecto. La idea de los "garreros" es brindar asistencia a los barristas que quieren terminar sus estudios, a los que sufren problemas de drogadicción o violencia intrafamiliar, a través de un proyecto que presentaron a los directivos del Cacique.

"La violencia sólo se puede parar así, desde dentro de la barra", dicen. Según aseguraron, si es que no cuentan con el respaldo del club para extender su campo de acción, podrían dejar sus labores en la barra, lo que a su juicio podría ser peligroso, ya que el liderazgo de la Garra Blanca podría quedar en manos de hinchas más violentos.

 

Mal ejemplo

 

El domingo 19 de octubre de 1958, en un partido entre Vélez Sarsfield y River Plate, disputado en la cancha del equipo de Liniers, se produjo la primera muerte de un hincha en una cancha de fútbol en Argentina. Desde la fecha, más de 80 fanáticos han perdido la vida en enfrentamientos contra barras rivales. Con ese historial, el temor expresado por el Intendente de la Región Metropolitana, Germán Quintana, sobre la probable argentinización de las barras chilenas no deja de ser preocupante.

En ese país no sólo se observa un constante aumento en los hechos de violencia, sino que son cada vez más premeditados. En 1994, por ejemplo, barras bravas de Boca Juniors interceptaron, en las inmediaciones de La Bombonera, un camión con hinchas riverplatenses e hirieron mortalmente de bala a dos de ellos. El acto tuvo como consecuencia la captura y apresamiento de José "El Abuelo" Barritas, y de otra decena de integrantes de "La 12", el grupo de hinchas radicales identificados con el cuadro xeneize.

"El Abuelo" es uno de los personajes que ilustra de mejor manera el nivel organizativo de estos grupos. Intimamente ligado a la dirigencia boquense de aquellos años, Barritas recibía pleno apoyo de los directivos, al punto que para su casamiento le fueron cedidas gratuitamente las instalaciones de La Bombonera. Inclusive, tras un enfrentamiento contra hinchas de Independiente, en un partido amistoso disputado en Mendoza, "El Abuelo" disponía de unos US$ 50 mil. Estos fueron utilizados en la atención de los barristas boquenses en los mejores centros médicos de dicha ciudad. El dinero, según un reportaje de El Gráfico, le habría sido aportado por directivos del club, jugadores y dirigentes sindicales. Y el "vuelto" lo utilizó para arrendar un lujoso departamento en el centro de Mendoza.

Los eternos rivales de Boca, River Plate, no son ajenos a estas prácticas y así fue como en 1986, un día antes de la segunda final de la Copa Libertadores disputada en el Monumental Antonio Liberti, un grupo de barras bravas agredió a golpes a los jugadores del cuadro colombiano América de Cali cuando éstos ingresaban a la cancha a reconocer el césped. El acceso de estos "hinchas" al campo de juego habría sido facilitado por dirigentes del club. Al día siguiente ganó River y obtuvo, por primera vez, la Copa Libertadores.

El estrecho vínculo entre hinchas y dirigentes se repite en casi todos los equipos del fútbol argentino. Aunque, claro, a veces la relación es inversa: son los barristas los que acuden a los directivos para solicitarle toda clase de favores, en especial entradas para ver "el equipo de sus amores". La pena de no acceder a las peticiones puede ir desde estropearle a un directivo en particular las ruedas de su vehículo, golpearlo duramente, o bien amedrentar a su familia.